Delatado por una fotografía

20/07/2012

Cuando María Ángeles R. G., la mujer de 29 años atacada con ácido el pasado 20 de junio en Ciudad Lineal, se hizo una foto junto con su hijo, nunca habría podido imaginar que se convertiría en una de las piezas clave para resolver el atentado que sufrió días después. La imagen, que era muy reciente y que estaba en el bolso de la mujer, fue hallada por la policía durante el registro efectuado a la vivienda de su marido, el turco Özgür Dogar, de 29 años, del que está en trámites de divorcio y con el que hacía ya tiempo no convivía. Este hallazgo le relaciona directamente con el robo del bolso que sufrió María Ángeles y el posterior ataque con ácido.

Los agentes del Grupo VI de Homicidios ataron cabos y unieron el robo con violencia con el ataque. Fueron cerrando el círculo en torno al marido y a sus amistades. Eso les llevó hasta el supuesto autor material del ataque, el colombiano Bryan Stevan C. A., de 20 años y con un antecedente por robo con fuerza. Con su arresto el pasado viernes en Ciudad Lineal, la policía da por cerrado el caso.

El ataque a María Ángeles se produjo frente al número 9 de la calle del Río Ulla alrededor de las 10.30, cuando se le acercó un hombre vestido con pantalones vaqueros, camisa negra y una gorra. Le lanzó el ácido sulfúrico a la cara y al pecho y le causó heridas muy graves en zonas vitales como los párpados y los labios. Fue trasladada por el SAMUR a la unidad de quemados del hospital La Paz. Allí permaneció ingresada hasta hace 10 días.

La víctima apuntó desde el primer momento a su marido como la persona que estaba tras el ataque. Pese a que no le dio tiempo a reconocer a su agresor, sí pudo decir a la policía que no había sido su marido. Por tanto, debía haber un tercero. Justo al día siguiente del atentado, la mujer le denunció por malos tratos continuados en el ámbito familiar. La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Madrid, María Gracia Parera, decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza. Le imputaban varios delitos, como homicidio en grado de tentativa, coacciones, robo con violencia e intimidación, además de los malos tratos.

Poco a poco se cerraba el círculo, pero Özgür Dogar jugó su papel y permaneció firme ante los investigadores. Siempre mantuvo que no tenía nada que ver con las graves lesiones que sufrió su esposa. Instantes antes de su arresto, se mostró muy afectado por lo ocurrido en una grabación de televisión.

Pero su versión resultaba cuando menos extraña. ¿Cómo pudo llegar la foto a su poder? La policía centró sus pesquisas en el tirón, que ella sufrió justo cuando cerraba la zapatería en la que trabaja. Le sustrajeron todo lo que tenía dentro, hasta las llaves de casa.

Los agentes investigaron los contactos que había mantenido en los últimos días el marido hasta que dieron con el supuesto autor material, Bryan Stevan C. A. Este residía a un kilómetro del lugar de donde le lanzó, supuestamente, el ácido a María Ángeles, en el mismo distrito de Ciudad Lineal. Los policías le detuvieron el pasado viernes cuando se dirigía a su vivienda. También registraron su casa, tras conseguir un mandamiento judicial. Allí hallaron las prendas que pudo llevar cuando ocurrieron los hechos, además de tres móviles. Las ropas han sido remitidas a los laboratorios de la Policía Científica para ver si tienen restos del ácido lanzado contra la mujer.

La magistrada María Gracia Parera ordenó el pasado viernes el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para Bryan Stevan, acusado de un delito de lesiones con grave deformidad recogido en el artículo 149 del Código Penal con penas de seis a 12 años de prisión. También se le acusa de un delito de robo con violencia por el tirón de los días anteriores al ataque.

María Ángeles reside ahora en un centro de acogida y nadie, salvo la policía y la juez, conoce su paradero. Ni siquiera su madre. “Estoy muy contenta de que hayan detenido al que pudo hacerlo. Espero que esto vaya pasando como un mal sueño”, explicó la madre de la víctima, que se llama igual que su hija. “Ella nunca ha hablado de un colombiano. Ha apuntado más hacia su marido”, añadió la progenitora. Su hija evoluciona “bien, aunque un poco lenta”. “Los médicos no saben qué proceso le aplicarán. Todo depende de cómo evolucione”, concluye.

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