El diario francés Libération dedica la portada de este jueves 26 de julio a la situación en España. “¡Perdidos!”, se puede leer en castellano sobre la bandera de España. “Pese a los planes sucesivos de Europa, España se hunde en la crisis. Madrileños cuentan su país laminado”, reza el arranque en primera.
En el interior del número se dedican hasta cuatro páginas a la situación de España, con testimonios de primera mano sobre cómo se está viviendo la crisis en Madrid, además de un editorial firmado por el director de la publicación, Nicolas Demorand, titulado Debacle. "Nada funciona", comienza el texto, donde repasa los fallos de la UE
El 2 de noviembre pasado el diario dedicó una primera página en griego a la situación en el país heleno. Este miércoles en su cuenta de Twitter el rotativo francés mostraba juntas las dos portadas.
“España, como Irlanda antes que ella, se enfrenta a un problema bancario, y no de finanzas públicas”, cuenta Jean Quatremer, corresponsal en Bruselas del diario, quien firma la información principal, titulada El verano será caliente para una España seca.
“Zapatero no quiso purgar el mercado inmobiliario”, dice Laurence Boone, economista jefa del Bank of América para Europa citada por el diario. “Para no arreglar nada, Madrid ha reestructurado en la opacidad el sector bancario, ocultando a los mercados las cifras de créditos dudosos y las necesidades de recapitalización", continúa Boone. “A este problema bancario se suma la situación económica y el deterioro acelerado de las cuentas públicas (Estados y regiones)”, para explicar a renglón seguido las medidas tomadas por el Gobierno de Rajoy para reequilibrar las cuentas, algo que califica como “tala”.
Tras preguntarse por los fallos de la Unión Europea, el corresponsal en Bruselas dedica la última parte de su reportaje al papel del BCE y la no compra de deuda. "La resolución de la crisis", sostiene el periodista, "tanto política como financiera, parece alejarse. No es sorprendente que el FMI se pregunte desde ahora la cuestión de la pervivencia de la zona euro".
Libération también incluye en el mismo número cuatro perfiles de españoles. “Alemania terminará de asarnos en su salsa”, dice Luisa, una jubilada de 73 años, con un hijo en paro, sin subsidio y que se ve obligado a vivir con ella. “Los padres y los abuelos de este país evitamos que los españoles lleguen a pasar hambre. Somos como una válvula de seguridad. Pero nuestros medios no son ilimitados. Nuestra paciencia tampoco”.
“¡Cuanto más rápido España sea puesta bajo tutela de Europa mejor será!”, cuenta José Alberto, un bombero de 52 años, que aparece con el rostro cubierto por su casco y al que la publicación le ha cambiado el nombre. “Nuestros políticos son ladrones que han puesto todo su dinero en paraísos fiscales. Me gustaría ser patriota, pero realmente no puedo”, continúa este funcionario que se ha manifestado contra los recortes.
Los otros dos testimonios recogidos por el corresponsal en Madrid, François Musseau, son el de Miguel, un actor de 27 años (“Este gobierno cree que la cultura es lujo”) y Quique, dueño de un bar (“Es como si nos amputáramos un brazo”).