La prestigiosa Clínica Mayo de Rochester (Minnesota) ha llegado a un acuerdo extrajudicial con las autoridades estadounidenses para evitar un juicio por haber estafado a los sistemas de cobertura pública de salud Medicaid y Medicare. Estos son lo más parecido a una cobertura pública que existe en Estados Unidos, aunque solo se dedica a los más desfavorecidos.
El caso, que es de 2007, se descubrió porque la clínica facturaba pruebas que no hacía. En un primer momento devolvió al Gobierno 260.000 dólares (unos 210.000 euros) por los servicios cobrados indebidamente. Posteriormente ha llegado a un acuerdo para evitar el juicio de otro millón de dólares (poco más de 800.000 euros).
La reclamación se centra sobre todo en biopsias que la clínica no realizó o que no analizó después de extraídas, pero que cobraba como si las hubiera efectuado.
La clínica no ha hecho declaraciones sobre esta última parte del acuerdo. Al principio, cuando se descubrió el caso, afirmó que se trataba de un error. En su web ha colgado un comunicado en el que afirma que han aceptado el acuerdo no porque sean culpables, ya que había “subsanado el error antes de ser denunciados”, sino porque creen que “un proceso legal prolongado podría costar incluso más que el propio acuerdo”, y que eso les permite “dirigir mejor los esfuerzos para el cuidado de los pacientes, la investigación y la educación”.